El 2 de enero de 1988, Isabel Preysler y Miguel
Boyer contrajeron matrimonio en
una boda civil que se celebró en el Registro Civil de Madrid, en la más
absoluta intimidad. La pareja de moda en la España de los ochenta oficializaba
así una relación semioculta entre la reina de la prensa rosa y un intelectual de
izquierdas y superministro de Economía con Felipe González. Toda una paradoja.
¿O no? Quizá Isabel Preysler y Miguel Boyer tenían mucho más en común de lo que
muchos imaginaban, entre otras cosas su origen riojano. Mientras que la familia
materna de la ex mujer de Julio Iglesias y del marqués de Griñón hunde sus
raíces en Alberite, los ancestros del ministro que ejecutó la expropiación de
Rumasa también están vinculados a La Rioja, pues su bisabuelo no era otro que
el todopoderoso político logroñés Amós Salvador Rodrigáñez –el «gran
conseguidor»–, pariente a su vez del siete veces primer ministro Práxedes Mateo
Sagasta.
Y no es que
Miguel Boyer e Isabel Preysler, Isabel Preysler y Miguel Boyer –tanto monta,
monta tanto– tuvieran vidas paralelas, pero sí cierto paralelismo en sus
vidas. Ambos habían nacido fuera de España, eran divorciados y compartían origen riojano.
Isabel Preysler
Arrastia nació en Manila, capital de Filipinas (18 de febrero de 1951), en el
seno de una familia acomodada. Su padre, Carlos Preysler Pérez de Tagle, era
gerente de las Líneas Aéreas Filipinas y delegado del Banco Español de Crédito
en Manila. Su madre, Beatriz Arrastia Reinares, que regentaba una agencia
inmobiliaria, era descendiente de La Rioja. Su abuelo, Francisco
Reinares, había nacido en Alberite en el último tercio del siglo XIX,
desde donde viajó a Asia para tomar parte como soldado en la guerra de
Filipinas.
Perdidas las
colonias en el trágico 1898, Reinares optó por afincarse en el país asiático,
donde contrajo matrimonio con
una filipina de nombre Teodorica, hija de un hacendado nativo.
Pero la I Guerra Mundial truncó muchas de sus esperanzas: perdió casi toda su
hacienda, mataron a su único hijo varón y enfermó gravemente.
Ante tal disyuntiva, Francisco Reinares regresó a Alberite en busca de la salud perdida. Eran los
felices años 20. Con su jipijapa –exótico sombrero de origen ecuatoriano–
cubriéndole la cabeza, entregó la cartera a su familia riojana para que le
comprara una bañera y todo cuanto le hiciera falta. Una vez repuesto de su
dolencia, optó por abandonar el valle del Iregua rumbo de nuevo a Filipinas, si
bien antes de despedirse su parentela le devolvió la cartera íntegra.
Llega a España con 18 años
Llega a España con 18 años
En Filipinas
había dejado Reinares hijas y nietos, entre los que volvió a disfrutar hasta
sus últimos días y donde pudo reconstruir parte de su patrimonio, formado por
grandes plantaciones de arroz y caña de azúcar. Una de estas nietas era Beatriz Arrastia, que después
contraería matrimonio con Carlos Preysler Pérez de Tagle, un descendiente de
nobles de apellido austriaco, que se habían asentado en España a la sombra del
emperador Carlos V y que, siglos despues, emigraron a la colonia asiática.
Ya en los años
60, como la familia
Preysler-Arrastia buscaba una educación europea para sus hijasenvió
a Isabel –recién cumplidos los 18– y a Beatriz a la capital de España, donde se
alojaron en casa de sus tíos Tessi y Miguel Pérez Rubio.
Lo demás es
sabido. Isabel Preysler se enamoró del cantante Julio Iglesias, con quien se casó
el 29 de enero 1971 y del que tuvo tres hijos (Chábeli, Julio José y Enrique).
Tras separarse en 1978, volvió a contraer matrimonio dos años más tarde con Carlos Falcó, marqués de Griñón,
con quien tuvo a su hijaTamara. Pero la relación duró poco. En 1988 se casó por
lo civil con Miguel Boyer,
unión de la que nacióAna.
Nacido en San Juan de Luz
Boyer, por su
parte, nació el 5 de febrero de 1939 en la ciudad francesa de San Juan de Luz,
donde su familia permanecía exiliada debido a la Guerra Civil. Su padre era
José Boyer Ruiz Beneyán, un militante de Izquierda Republicana, muy cercano a
Manuel Azaña. De hecho, José Boyer era el radiotelegrafista del presidente de
la República, con quien cruzó a pie la frontera hispano-gala.En aquel círculo íntimo
de Azaña también se hallaba Amós Salvador Carreras, hijo de
Amós Salvador Rodrigáñez, amigo inseparable del presidente y ministro de la
Gobernación a su mando.
José Boyer –de
quien se dice que izó la bandera republicana en el Palacio de Comunicaciones de
Madrid el 14 de abril de 1931– contrajo matrimonio con
Carlota Salvador, hija de Miguel Salvador Carreras y nieta de
Amós Salvador Rodrigáñez. De esta unión nació Miguel Boyer Salvador.
Muy vinculado a La Rioja, Miguel
estudió en el Liceo Francés de Madrid, se licenció en Ciencias Económicas y
Físicas por la Universidad Complutense de Madrid y ejerció como profesor de la
Escuela de Ingenieros de Telecomunicaciones; en 1964 se casó con Elena Arnedo
Soriano (1964). Militante socialista, fue encarcelado por razones políticas en
la prisión de Carabanchel.
En las primeras
elecciones democráticas tras la muerte de Franco (15 de junio de 1977) formó parte de la candidatura progresista al Senado
por la provincia de Logroño, junto a Félix Palomo –que fue el
único elegido– y Lucio Parra. Nombrado superministro de Economía por Felipe
González, tras la victoria socialista, dejó el Gobierno y la política en 1985,
se divorció de Elena Arnedo y, tres años después, se casó con Isabel Preysler.
Sagasta y Amós Salvador, insignes antepasados de Boyer
Son varios los
antepasados insignes que vinculan a Miguel Boyer Salvador con La Rioja. Para
empezar, Boyer es biznieto de
Amós Salvador Rodrigáñez quien,
a su vez, era sobrino de Práxedes Mateo Sagasta, camerano de pro y siete veces
jefe del Gobierno de España. Amós Salvador (Logroño, 1845) fue, además de
ingeniero e intelectual de prestigio, ministro, en diferentes gabinetes, de las
carteras de Hacienda, Agricultura, Industria, Comercio, Obras Públicas,
Instrucción Pública y Bellas Artes y Fomento. También ejerció como presidente
de Tabacalera y, junto a Sagasta, fue el artífice de que esta empresa se
instalara en La Rioja a finales del siglo XIX. El abuelo de Boyer, Miguel Salvador Carreras, fue elegido diputado en Cortes y
embajador español en Dinamarca, mientras que su tío-abuelo Amós Salvador
Carreras ocupó la cartera de Gobernación cuando Manuel Azaña, al que le unía
una profunda amistad, era presidente de la República